SOBRE LA MAQUETA
 


La maqueta nos presenta que aspecto tenia Poznan de la época de los primeros reyes de la dinastía Piast. La forma y la estructura de la ciudad es del primer cuarto del siglo XI, es decir, del reinado de Boleslaw I el Bravo y su hijo Mieszko II. Una rendición tan precisa y fiel de los edificios desde hace un mil años fue posible gracias a la cooperación con los científicos locales, a partir de la fase inicial del proyecto hasta que el último árbol fue metido en el bosque real de la maqueta. En los principios de su existencia Poznan fue ubicado enteramente en una isla formada por los ríos Warta y Cybina. El asentamiento tuvo cuatro partes, la parte central con el palacio del príncipe, la oriental con la catedral, la septentrional con las casas de la población y la meridional llamada Zagorze.

La particular atención atrae la catedral situada en el punto central de la maqueta. La sede del obispado fue por cierto uno de los edificios más suntuosos del joven estado polaco. La maqueta demuestra también que bien protegida fue la ciudad de Poznan del siglo XI. El río Warta formaba un foso natural de tres lados del asentamiento y los terrenos pantanosos a lo largo del río fueron periódicamente inundados por sus aguas. El único camino a la ciudad conducía por los puentes de madera, los cuales se quemaba en casos de peligro. Una protección adicional ante los agresores fueron los diques de tierra con los esqueletos de madera, los cuales, tomando en cuenta la técnica militar de entonces, formaban una barrera casi imposible a pasar.

La maqueta demuestra no sólo los edificios medievales de Poznan, sino también la vida de sus habitantes. La ciudad parece llena de vida y cada uno de sus habitantes tiene una tarea a cumplir en el mecanismo eficaz de la ciudad. Por el río van los barcos de transporte y de pescadores, un herrero del barrio hierra a un caballo y los albañiles terminan uno de los diques bajo la supervisión de un anciano con pelo blanco apoyándose con un bastón . En otra parte de la maqueta se ve a un gato blanco subiendo la estructura de madera de una casa nueva bajo construcción. La atención del espectador atraen las siluetas de unos trotamundos misteriosos acercándose en caballo al asentamiento. Quizá es el príncipe regresando de un paseo por los bosques de los alrededores?

La maqueta se construía durante tres años y su autor hizo todos los trabajos él mismo. El Asentamiento en Miniatura de los Primeros Reyes Piast ocupa 27 metros cuadrados. La maqueta está hecha principalmente de los materiales naturales, lo que contribuye a su atracción y la riqueza de detalle. La Catedral, por ejemplo, fue construida de verdadera piedra! Además en la construcción de la maqueta se utilizaba el arena, el algodón, la resina epoxi y la madera. Para darse cuenta del tamaño del trabajo hecho por el autor de la maqueta es suficiente mencionar la caña en miniatura a lo largo de las orillas del río Warta. Fue hecha de 40 mil pelos de cerda, los cuales se tenía que enhebrar en la base de la maqueta de modo en que antes se hacía cepillos.

La maqueta no es sólo una colección ordinaria de modelos de edificios, tales como se los puede admirar en varias ciudades del mundo. Es un verdadero espectáculo de luz, sonido y efectos especiales. La presentación dura una media hora y es un cuento sobre los principios del estado polaco. No es un cuento ordinario. Es un viaje en el tiempo por una época de la cual sabemos mucho menos que quisiéramos. En descubrir la historia nos ayuda por cierto la única presentación de láser hecha con un aparato proyectando 16,8 millones colores. La maqueta está hecha en la escala 1:60, lo que nos permite ver no sólo los edificios sino también a las figuras humanas. El efecto es completo gracias al sonido, que hace temblar a los antiguos muros del sótano de la iglesia de los Franciscanos.